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La ciencia detrás de los implantes dentales

 

Los implantes dentales se utilizan ampliamente en la odontología moderna, tanto por razones estéticas y de otra manera. Los sistemas y las técnicas utilizadas en estos días están muy avanzadas y el uso de materiales mucho más altos de calidad que se utilizaron en el pasado.

Su propósito es reemplazar las raíces de los dientes para que puedan proporcionar un ancla para un solo corona, o varias coronas, un puente o una dentadura que ha de ser fijado en la boca para reemplazar dientes dañados que han sido removidos.


a medida que conocemos hoy en día, los implantes dentales son tornillos implantes conformados y que están hechos de 100% de titanio puro. La razón de que este metal se elige por encima de cualquier otro material es su calidad de fusionar directamente al hueso, en un proceso conocido como la osteointegración. Curiosamente, el titanio es casi único en el mundo en su capacidad para llevar a cabo este proceso.

En promedio, los implantes son entre tres y seis milímetros de diámetro y en cualquier lugar entre siete y diez y ocho milímetros de largo y se componen de tres partes. El primero, conocido como el dispositivo de implante es la parte que se inserta directamente en el hueso. En segundo lugar, el tope es la parte de interconexión que cruza la goma. Por último, está la corona o prótesis que está hecho de titanio, oro o cerámica, cerámica con convertirse más popular gracias a su capacidad para integrarse en la boca.


Esta forma de implante se hizo ampliamente utilizado por primera vez en la década de 1980, a raíz de la investigación de un profesor sueco, Per Ingar Branemark, que descubrió la capacidad de titanio para fusionarse con el hueso hace unos cuarenta años.